Monasterio de El Escorial

El monasterio del Escorial es una obra arquitectónica encargada por el Rey Felipe II, cuyos motivos para la realización fueron el reconocimiento por la victoria de San Quintín que se realizó en el día de San Lorenzo y su intención de crear un mausoleo en homenaje a sus padres y a sí mismo.
En un principio esta obra fue encargada al arquitecto Juan Bautista de Toledo, pero al morir este fue terminada por su discípulo Juan herrera, el cual reformó casi en su totalidad el proyecto anterior, creando un estilo propio que se caracterizó por la desnudez decorativa y el rigor geométrico en sus trazos, a este estilo se le denominó Herreriano.

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En esta incuestionable obra de arte nos encontramos con detales impresionantes desde el mismo momento en de llegar al lugar. La fachada principal, que está orientada al Oeste, cuenta con 2 portones laterales que dan acceso al Colegio Alfonso XII y al Convento Agustiniano. Aquí se encuentra la entrada principal al edificio, que está situada justo en el centro de la fachada, se encuentra custodiada por 6 columnas dóricas y coronada por un cuerpo de columnas jónicas. Entre estas últimas está el Escudo de la Familia de Felipe II y una colosal estatua de San Lorenzo que está tallada en granito obra de Juan Bautista Monegro. Esto es algo digno de contemplar a lo que se debe dedicar tiempo y atención a cada detalle.

Cripta de El Escorial.
Cripta de El Escorial.

Una vez dentro del Monasterio se pueden destacar El patio de Reyes, la Basílica, la Biblioteca, el Panteón de Reyes, el Panteón de Infantes, los Palacios y las Salas Capitulares. Aun cuando estos son lugares que merecen atención y admiración, lo que no se puede dejar de visitar son los Museos La Pinacoteca y el Museo de Arquitectura.
Una vez se cruza la fachada, para entrar al Patio de Reyes solo es necesario pasar a través de la puerta principal. Al levantar la mirada hacia la fachada podemos contemplar seis Reyes de la Tribu de Judá, esta increíble y hermosa escultura representada sobre enormes pedestales y hecha en piedra granítica, también es obra del artista Juan Bautista Monegro.

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En cuanto a la Basílica, cuya planta tiene un diseño arquitectónico de cruz griega y cuenta con una impresionante cúpula central coronada por un cimborrio, creando un efecto tal que la hace destacar entre las demás torres del edificio. Las bóvedas de la Basílica, en su mayoría fueron pintadas por Lucas Jordán en el Siglo XVIII. Las únicas bóvedas que se encuentran dentro de la Basílica y no fueron creación de este artista fueron, las situadas encima del Coro y del Altar Mayor, cuyo pintor fue Lucas Cambiasso. En el Altar Mayor encontramos pinturas de Zúcaro y Tibaldi. A ambos lados del Altar se encuentran representaciones de Carlos V y Felipe II con sus respectivas familias, dichas esculturas talladas en bronce y obra de los artistas Pompeyo y León Leoni.
Otro de los lugares que no se pueden dejar de visitar una vez se decide visitar el Monasterio, es la Biblioteca. Esta cuenta con uno de los fondos bibliotecarios más valiosos de todo el mundo, siendo esto así no por la cantidad de libros que alberga, sino por la calidad de cada uno de estos. Aquí se encuentran libros de incalculable valor, como la valiosa colección de manuscritos árabes, hebreos y latinos.
La sala abierta al público de la que dispone consta de una galería abovedada, cuya decoración está basada principalmente en pinturas de Tibaldi y Carducci del siglo XVI. Pero lo más interesante de todo este conjunto, y que a los amantes de la ciencia y la literatura les encantara, es el programa iconográfico. Donde tenemos en el testo Norte representación de la Filosofía, en el opuesto la Teología y justo entre ambos las Siete Artes Liberales.
Saliendo de la Biblioteca y dejando a un lado los libros, entremos ahora en el Panteón de los Reyes. Este está ubicado justo debajo del Alta Mayor y es el lugar de descanso de los restos de prácticamente todos los Reyes de España desde Carlos I. Las únicas excepciones a esto son los Reyes Felipe V, Fernando VI y Amadeo de Saboya, quienes no fueron enterrados en este mausoleo. El Panteón consta de una sala octogonal, con un Altar en el que tenemos un Cristo hecho en bronce, obra de Doménico Guido. La decoración es de gran suntuosidad basada en mármoles granates y grises y bronce dorado a fuego.
El siguiente lugar a visitar seria el Panteón de Infantes, cuya construcción data de mediados del Siglo XIX durante el reinado de Isabel II. Esta construido en mármol blanco de carraca y se compone de 9 naves. La primera de las cuales contiene una estatua de bronce de Isabel II. La tumba de Don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V, es la más destacada en este Panteón. En la otra sala se encuentran las tumbas de los niños de las familias reales que murieron antes de la primera comunión.
Pasemos ahora a los Palacios, que ocupan parte de la fachada Norte y Este. Aquí se encuentran varias estancias palaciegas del Siglo XVI. Está la llamada Sala de las Batallas, en donde hay representaciones de numerosas batallas en sus murales, y consta con pinturas de renombrados artistas genovenses. Otra de las habitaciones de este recinto contiene la silla que uso Felipe II cuando enfermo no podía trasladarse por sí mismo.
Por último, pero no por eso menos importante, llegamos a las Salas Capitulares, al alzar la mirada podemos ver en los techos una hermosa decoración de estilo pompeyano obra de grandes pintores que aún se conservan en el lugar, aun cuando la gran mayoría paso a formar parte de la explosión de los museos, los cuales fueron divididos en dos.
Tenemos El Pinacoteca, es donde se encuentran reunidas una gran diversidad de obras pictóricas de grandes artistas de renombre. Y el Museo Arquitectónico, que contiene una importante colección de herramientas, maquetas, planos y mecanismos usados durante la construcción del Monasterio.

 

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