Pucará de Andalgalá

Si el topónimo Pueblo Viejo es indicador que en el lugar o los alrededores debió haber existido una ciudad fundada por los españoles en los albores de la conquista o en todo caso un aposta antigua, el nombre Pucará resulta no menos sugestivo por lo significativo de esta voz quechua. Porque piicará quiere decir fortaleza o plaza fuerte, aunque por extensión hoy se denomina así en el noroeste argentino cualquier sitio con restos de un poblado indígena.ui
La guía de números postales de la República Argentina contiene tres parajes con este nombre. Uno a 30km. al oeste de Angastaco en el valle Calchaquí, denominador hoy de una gran estancia pero sin duda con restos arqueológicos interesantes en las cercanías; otro en las inmediaciones de Santa Victoria, ese pueblito perdido entre las montañas cubiertas por la tupida vegetación tropical cerca de la frontera con Bolivia; y por fin un parajea pocos kilómetros al este de Humahuaca, al sur de Coctaca donde un solitario rancho habitado por una familia se levanta en un sitio que antiguamente seguro estuvo habitado.
Latzina, que sólo registra este último pero los otros dos no, enumera sin embargo otros Pucará que valdría la pena investigar un poco más de cerca. Uno, en San Salvador de Jujuy, que era un fuertecillo aborigen ya absorbido por la expansión urbana (aunque era todavía visible hace algunas décadas). Otro, en Tilcara (desde luego que sí : Tilcara es hoy poco menos que Pucará por antonomasia). Otro más ubicado cerca de San Carlos en el Valle Calchaquí, que debe ser idéntico con el ya citado de Angastaco. Y por fin un stio al pie meridional del Aconquija que no puede ser otro que el paraje conocido hoy por El Alamito, centro de una impirtante fase cultural caracterizada alrededor del comienzo de la Era por la elaboración de esculturas antropomorfas de piedra de diseño extraordinario. En las cercanías, próximo a Agua de la Paloma se encuntra el célebre Pucará de Andalgalá. Es más toda la amplia hondonada se llama Campo del Pucará seguramente por más de una sola razón bien fundada.
Se podrá alegar que un simple topónimo poco significa. Puede ser. Pero no por ello hay que desatender tales indicios.

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