San Ignacio de Miní

Las ruinas de San Ignacio Miní, ubicadas en la localidad de San Ignacio, a 3 kilómetros del río Paraná en Argentina, son las últimas y más conservadas construcciones que albergaban a los jesuitas entre el siglo XVII y XVIII. La compañía de Jesús, una orden religiosa cuyos inicios antiguos datan de Francia, París, en Latinoamérica se asentaron a lo largo de países como Brasil, Argentina y Paraguay a través de misiones en asentamientos guaraníes.

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Ruinas de San Ignacio.

Actualmente, luego de que empezara un proceso de reconstrucción en la década de los noventa, San Ignacio Miní se convirtió en un atractivo turístico de la provincia de Misiones que aún posee numerosos lugares para conocer; su construcción hecha con piedra arenisca oriunda de los lechos del río Paraná, conserva muros de aproximadamente un metro de espesor que son los soportes de los que fueron unos desaparecidos techos que albergaron toda una comunidad religiosa.
El centro de San Ignacio de Miní lo definen los restos de una gran iglesia que data desde el año 1724; un cementerio hacia el lado este, una escuela y el claustro de los sacerdotes hacia el lado oeste. Al sur están ubicados los edificios administrativos que fueron construidos bajo el estilo de mampostería colonial con piedras y una mezcla de barro con arena.
Todas las edificaciones están marcadas por un estilo barroco combinado con arte indígena guaraní que era propio de las tribus brasileras, paraguayas y argentinas donde se dieron cabida las primeras misiones jesuitas. Las zonas verdes, los huertos que aun producen algunos frutos, y los fosos que eran símbolo de seguridad en esa época, marcan el contorno de esta gran serie de construcciones.
Las Ruinas de las Misiones de San Ignacio Miní, contemplan numerosos edificios y lugares que pueden servir a muchos turistas para conocer y acercarse más a la orden religiosa de la Compañía de Jesús de la que formaron –y forman– parte miles de jesuitas en todo el mundo.

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